Están construídos
de material plástico flexible, el cual está recubierto de material magnético (ferromagnético) sobre el cual el cabezal grabará
los datos.
Estructura de una
unidad de disco flexible (diskete):
Estructura de un
diskete
Sector: porciones
radiales. Es como un pedazo de torta.
Pista: círculos concéntricos
longitudinales.
Lados: las superficies
superior e inferior.
Los datos se graban
en los lados, pistas y sectores especificados, en unidades de localización llamados clusters. Cada cluster tiene en los disketes
un total de 512 bytes. Cuando se desea acceder a un cluster, se debe especificar en qué lado, pista y sector se encuentra.
El cluster es el mínimo tamaño al que se puede acceder, por tanto es el mínimo tamaño que puede tener un archivo. En el caso
de los disketes, un archivo como mínimo ocupará 512 bytes, aunque en realidad tenga solamente un byte, por ejemplo.
Hasta hace poco los disquetes eran flexibles y algo grandes, 5,25
pulgadas de ancho y con capacidad de 360 Kb, lo que hizo que desaparecieran rápidamente. En la actualidad son más pequeños
(3,5 pulgadas), algo más rígidos y con capacidad de 1,44 Mb. Aunque son unos dispositivos poco fiables, ya que les afecta
la temperatura, el polvo, los golpes y los campos magnéticos, se siguen utilizando en nuestros días, y aunque su capacidad
se haya quedado totalmente obsoleta seguirán sobreviviendo por bastante tiempo.
En el caso del disco compacto la superficie del disco es un material
que refleja la luz. La grabación de los datos se realiza creando agujeros microscópicos que dispersan la luz (pits)
alternándolos con zonas que sí la reflejan (lands). Se utiliza un rayo láser y un fotodiodo para leer esta información.
Según
su capacidad: Pueden ser de doble densidad y de alta densidad.
Doble densidad
de 5,25 pulgadas, 360 kB de capacidad.
Doble densidad
de 3,5 pulgadas, 720 kB de capacidad.
Alta densidad
de 5,25 pulgadas, 1,2 MB de capacidad.
Alta densidad
de 3,5 pulgadas, 1.44 MB de capacidad.
Estructura de una disketera.
Para poder grabar y leer los archivos, se tienen los cabezales, o cabezas. Estos
se componen de un núcleo metálico, alrededor del cual se enrolla una bobina. El núcleo no es totalmente cerrado, ya que tiene
un espacio de aire, llamado gap. Este gap es el que al estar en contacto con el material magnético del que se compone el diskete,
orienta los dipolos de una forma tal a que los datos quedan grabados. Para leer, los dipolos magnéticos orientados que están
en el diskete, al pasar cerca del núcleo producen en la bobina un voltaje, que es entendido como cero o uno, siendo por tanto
leídos los datos grabados anteriormente.
Para desplazarse de una pista a otra, los cabezales de lectura/escritura cuenta
con un motor de pasos, que puede ser movido en pasos de 1,8 grados. En el eje de este motor está el mecanismo tipo espiral
que mueve los cabezales.
Para encontrar los sectores, un motor de giro mueve el diskete a una velocidad
de 300 rotaciones por minuto.
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